Por décadas Barranquilla ha sido manejada por grupos Politiqueros, arraizados en los puestos del departamento y del distrito de una forma no tan limpia, llegan a las corporaciones por la compra del voto y los vemos celebrando un triunfo comprado.
Que puede esperar la sociedad Barranquillera y del Atlántico con individuos de esta calaña, que reproche se les puede hacer cuando vendemos nuestra conciencia por cincuenta mil pesitos y vemos como nuestra ciudad se derrumba en la miseria, la indigencia, la falta de oportunidades laborales, educativas y ronda la muerte entre nosotros porque nuestras calles se han convertido en campos de guerra, vemos como estos individuos se hacen llamar los voceros del pueblo y dicen ellos que representan nuestros intereses, será cierto esto , pero pensemos un poco y digamos que el único interés que persiguen es el propio, si regresamos el disco duro de nuestra memoria encontraremos la respuesta, debido a que en ese entonces este politiquero compro nuestra conciencia y pago por nuestro silencio y lo que es peor a un, solo piensa en malgastar las finanzas publicas de nuestra ciudad o departamento, de alguna forma tiene que pagar los favores recibidos por los grandes caciques polítiqueros y nosotros sin derecho a decir nada por culpa de esos cincuenta mil pesitos, es hora de romper el silencio y convertirnos en actores participativos, con pensamientos autónomos con la capacidad de elegir libremente por convicción y razones de peso.
Llega un nuevo año electoral, donde escogeremos Gobernador, alcalde, concejo, asamblea y ediles, tomémonos la tarea de estudiar las hojas de vida y el plan de trabajo de cada uno de estos candidatos, busquemos nuevas opciones, verdaderos representantes de nuestra problemática pública, que nuestra vos tenga respuesta, seamos actores participativos y castiguemos ha estos politiqueros que tano daño nos han hecho, el mejor castigo es no votar mas por ellos.
La decisión está en el pensamiento y las manos de cada uno de nosotros, vota pero vota libre por ideas realizables no por sueños inconclusos.